Para muchas docentes, integrar la tecnología a la educación puede ser todo un reto. Hay decenas de barreras, muchas de ellas autoimpuestas, que suelen aparecer cuando se trata de innovar. El miedo al cambio es real, pero la clave para avanzar es meterse de lleno, derribar barreras y “pensar fuera de la caja” para adaptar el proceso de aprendizaje a las nuevas tecnologías. Existe gran variedad de información y técnicas que podemos estudiar para que la aplicación de la tecnología en la educación no sea un proceso cuesta arriba.
La Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación, define cinco estándares que toda docente de la nueva era debería cumplir para involucrarse en este innovador proceso:
- Guiar e inspirar el aprendizaje y la creatividad del estudiante
- Diseñar y desarrollar experiencias de aprendizaje y evaluación acordes a la era digital
- Crear trabajos y aprendizajes de la era digital
- Promover y modelar ciudadanía digital y responsabilidad
- Comprometerse con el crecimiento profesional y liderazgo
Tomando en cuenta los puntos anteriores, es trabajo de todos los docentes del Siglo XXI desarrollar estas habilidades y ponerlas en práctica en su labor. En el mundo globalizado en que vivimos todo evoluciona día con día: las sociedades, la genética, la ciencia, la tecnología, y la educación no es la excepción.
Sin embargo, leemos esos estándares y la pregunta obligatoria es ¿y cómo empiezo? Aquí les propongo una serie de tips que pueden ayudar:
Tips para empezar a usar tecnología en las clases:
1. Defina un objetivo pedagógico como punto de partida
Un punto elemental para tomar en cuenta es usar con intención las herramientas tecnológicas, es decir, el objetivo no debe ser usar tecnología solo por usarla, sino emplearla a partir de los propósitos pedagógicos que se necesiten trabajar con los estudiantes.
El objetivo de utilizar una herramienta tecnológica no se puede enfocar en el dispositivo en sí mismo. Hoy conocemos las capacidades de un smartphone, pero debido a los constantes cambios globales y las innovaciones, no sabemos cuál será el dispositivo que tendremos que aprender a utilizar mañana, por lo que las experiencias de aprendizaje que generemos deben enfocarse en el objetivo pedagógico, habilidad o competencia que se quiera trabajar, y es entonces cuando debemos encontrar una herramienta tecnológica que apoye el enfoque pedagógico que buscamos. Por ejemplo, si nuestro objetivo pedagógico es que los estudiantes ganen vocabulario en un segundo idioma, podemos utilizar una tablet, con videos educativos, ebooks o juegos de QR codes creados por la docente con el contenido específico que se ha visto en clase que apoya este objetivo. En este caso estaríamos partiendo del principio académico y se ve apoyado y reforzado por los dispositivos electrónicos. Pero si usamos una tablet para que los alumnos vean cualquier video, sin ningún objetivo o estrategia de aprendizaje que lo apoye, estamos solo utilizando un artefacto moderno.
2. Empiece poco a poco, pero hágalo
Una frase que ayuda a explicar por qué este tip, dice: “creer que no puede integrar la tecnología en su clase hasta que sea una experta en tecnología, es como creer que no puede manejar un carro hasta ser un mecánico”. Aunque desconozco el autor de la frase, considero que describe al 100% lo que quiero explicar: no podemos esperar a ser expertos para emplear una tecnología; es justamente por medio de la práctica que se pueden identificar los usos que se le pueden dar a un dispositivo y perfeccionar el dominio que se tiene sobre la herramienta. Existen juegos y aplicaciones educativas que contienen tutoriales y propuestas interesantes, pero solo utilizándolas podemos aprovechar al máximo el potencial de una herramienta tecnológica.
3. Apóyese en el modelo SAMR
Rubén Puentedura, en su artículo “Transformation, Technology, and Education” propone un modelo que sirve como guía para los docentes que buscan integrar la tecnología a la educación de forma progresiva. Este modelo comprende cuatro niveles: Sustituir, Aumentar, Modificar y Redefinir (SAMR).
Este es un proceso ascendente, y el primer paso es sustituir. Esto implica utilizar la tecnología como sustituto, es decir, las herramientas tecnológicas deben funcionar en sustitución de libros, cuadernos o materiales que ya se utilizan en las clases. Por ejemplo, se utiliza un documento de word para realizar un proyecto, el dispositivo llegaría a sustituir el tradicional cuaderno.
Luego pasamos a la fase de aumentar: una vez que tenemos la herramienta sustituta, procedemos a aportarle una mejora funcional a actividades pedagógicas ya aplicadas en las clases. Por ejemplo, se utiliza el app Kindle o Adobe para leer libros con la posibilidad de resaltar oraciones importantes, además de agregar notas y comentarios que se pueden revisar después.
El objetivo de este modelo es llegar a los niveles de transformación en los que el uso de las herramientas tecnológicas llega a modificar y redefinir (últimas dos fases) las experiencias de aprendizaje.
El nivel de modificación implica rediseñar las actividades de aprendizaje, esto quiere decir que debemos adaptar las actividades pedagógicas a las herramientas tecnológicas con que cuenta nuestra institución. Por ejemplo, si mi objetivo es que los estudiantes identifiquen palabras, se pueden usar robots que los estudiantes programan para llegar a la palabra correcta. Rediseño mi actividad y adapto el dispositivo a lo que quiero reforzar.
Finalmente, el nivel de redefinir se refiere al proceso en que ya las herramientas con las que contamos permiten generar actividades que sin ellas serían imposibles. Aquí es donde termina el proceso y podemos decir con seguridad que logramos incluir la tecnología en la educación de manera integral. Por ejemplo mi objetivo es trabajar la expresión oral de mis estudiantes, utilizo un app que permite, hacer dibujos, tomar fotos, grabar videos, escribir texto y grabar el audio de los estudiantes contando el cuento, además cuando el cuento está listo se puede compartir a los padres de familia y en redes sociales.
Seguir este modelo es uno de los primeros pasos para incluir las herramientas tecnológicas en la pedagogía de manera efectiva. ¡Anímese! y haga de la educación un proceso divertido, formativo, educativo, moderno y tecnológico.
About The Author
Melissa Cubero
maestra de preescolar bilingüe
Melissa Cubero Villabos Ha sido maestra de preescolar bilingüe durante 10 años. En los últimos años se ha enfocado en trabajar de la mano de las docentes para integrar la tecnología en la educación de forma efectiva. También imparte lecciones de STEM/STEAM.